ALDEA GLOBALPRIMERA PLANA

Primero sobrevivir (3): La colaboración, camino a la salvación

Por JOAQUÍN P. SÁNCHEZ ONTENIENTE
Sábado, 22 feb. 2025

La especie cooperativa

Existe general consenso en la comunidad científica de que para la especie humana ha sido determinante la cooperación: la supervivencia de los individuos como miembros de un grupo, basado no tan sólo en la defensa ante “predaciones” –literales o de todo tipo– sino en la ayuda mutua para la vida diaria, ha sido mucho más probable que la de los individuos aislados. En la evolución humana se han propagado y afianzado por tanto los genes colaboradores sobre los individualistas. Los comportamientos cooperativos incrementaron la eficacia biológica a nivel de población y deberíamos tener en cuenta este hecho científicamente aceptado, especialmente en estos momentos de amenazas tan extensas e intensas para la especie
¿Sabremos utilizar esta experiencia específica en los próximos y trascendentales decenios?

Desde Río 1992 a la COP 27 2022

El senador de Estados Unidos Al Gore ya afirmó en junio de 1992, respecto de la protección del medio ambiente, que “hemos de buscar el modo de hacer causa común, porque la crisis es mundial y sólo puede resolverse a nivel mundial”. Su libro ‘La Tierra en juego’ claramente intentaba trasladar sus opiniones a la Cumbre de La Tierra celebrada apenas cinco meses después en Río, y aunque se afrontaron demasiados obstáculos para llegar a compromisos relevantes, lo cierto es que Río abrió un camino de esperanza y, entre otros hechos positivos, dio paso al actual marco mundial de cooperación por el medio ambiente, con sus tres cumbres derivadas (Conferencias de las Partes, COP): sobre el cambio climático, quizás la más conocida; sobre la diversidad biológica y sobre la desertificación.
Cierto optimismo global por la supervivencia despertó el hecho de que unos meses después Al Gore llegase a ocupar la vicepresidencia de los Estados Unidos, convirtiéndose así en el ambientalista que más alto lugar de responsabilidad política haya alcanzado en el mundo. Quizás se iniciase un período de llevar la cooperación por el medio ambiente al nivel necesario.
La COP 27, Sharm el Sheikh, Egipto, 2022, celebrada con el ilustrativo lema “Juntos para la implementación”, reafirmó, bien es verdad que exasperantenmente tarde, la colaboración como herramienta imprescindible para afrontar el cambio climático. Nadie, ni persona ni país, pueden lograr éxito de manera individual. “Nuestro planeta se acerca rápidamente a un punto de inflexión que hará irreversible el caos climático”, advirtió Antonio Guterres, secretario general de Naciones Unidas, añadiendo: “la humanidad tiene una opción: cooperar o perecer”.

Colaboración global: la única respuesta viable

La colaboración no sólo nos propone un camino de salvación, sino que además nos abre las posibilidades de un mayor bienestar individual. Sin embargo, el individualismo es hoy la cultura hegemónica que domina las relaciones entre países y entre personas. No nos damos cuenta de cómo el individualismo exacerbado está deteriorando nuestra salud mental y nuestras relaciones, aumentando las brechas económicas, sociales, culturales y ambientales. Pero sobre todo, no nos damos cuenta que la pretensión de soluciones exclusivas para privilegiados sectores económicos, políticos, sociales o de cualquier naturaleza, rompe la última cuerda para que la entera humanidad no caiga al precipicio.
Porque ya hemos visto fuera de toda duda que tanto las causas del cambio climático como sus consecuencias están fuera del control de cualquier nación en particular. La contaminación del aire, los fenómenos meteorológicos extremos y el aumento del nivel del mar son omnipresentes y no se detienen en las fronteras nacionales. En muchos casos, las naciones que son más vulnerables a los impactos del cambio climático contribuyeron muy poco a su desarrollo. Que las naciones deben estar más unidas para compartir recursos e información, colaborar en tecnología innovadora y acordar mutuamente sus compromisos, es una condición previa imprescindible

Escenarios esperanzadores de colaboración

Foto: PEXELS-THOMAS STIX

Avanzar en la cooperación es urgente, pero también es posible, y tenemos algunos esperanzadores ejemplos recientes:
La asistencia mutua en caso de desastres naturales. Un caso ilustrativo: naciones geográficamente distantes como Estados Unidos y Australia se vienen ayudando desde 2019 mediante envío de recursos humanos y materiales en grandes incendios forestales.
La introducción de condicionantes ambientales en acuerdos de libre comercio. Tal fue por ejemplo el caso de los suscritos en 2022 entre la Unión Europea y Nueva Zelanda, resultando muy interesante la importancia dada al compromiso de que “no debilitará ni renunciará a sus protecciones actuales para mejorar el comercio o la inversión”.
La imposición de “aranceles e impuestos verdes”, práctica en la que resulta especialmente precursora la Unión Europea, que en 2022 se convirtió en la primera gran economía en fijar este tipo de aranceles, obligando por la fuerza de los costes a que los países cumplan con sus obligaciones de producción con menor impacto ambiental, definidos sobre todo por el Acuerdo de París (COP 21-2015).
La colaboración internacional entre negocios e inversionistas está por fin llegando a la preservación ambiental. Algunos casos relevantes son las redes globales de inversores, como Climate Action 100+, que han comenzado a colaborar para ejercer presión adicional sobre algunos de los mayores emisores industriales de gases de efecto invernadero del mundo obligándoles a reducir sus emisiones a niveles sostenibles. 

Conclusión

Los valores de colaboración, altruismo, generosidad y justicia que inspiraron los avances de la especie humana desde sus albores son ahora más necesarios que nunca dada la magnitud del problema climático y ambiental que nos amenaza; ante la inminencia de un punto de inflexión irreversible de caos ambiental y climático, la cooperación es una condición incuestionable para la supervivencia.

Fuentes consultadas

Bernal Crespo, S (2012) “La cooperación, una estrategia eficiente en el origen evolutivo de nuestra especie” Revista de Derecho de la Universidad del Norte, Barranquilla, Colombia

Gore, A (1993) “La Tierra en juego. Ecología y conciencia humana” Emecé Editores. Barcelona

King J.S, Manning J y Woodward A. (2023) “Juntos en esto: Colaboraciones internacionales para la salud humana y ambiental” Creative Commons, Mountain View, Estados Unidos

Joaquín P. Sánchez Onteniente
Naturalista

Columna anterior:

Columna siguiente:

Etiquetas
Botón volver arriba
Cerrar
Cerrar