OPINIONPRIMERA PLANA

Reflexión dominical. Vayan e inviten al banquete del Reino

Por JOSÉ CERVANTES
Domingo, 20 oct. 2024

La jornada del Domund 2024

Este domingo, 20 de octubre, la Iglesia celebra el día del Domund, la Jornada Mundial de las Misiones, organizada por Obras Misionales Pontificias (OMP) con el lema “Invitados al banquete para ser testigos de Cristo”. Es el día en el que, de un modo especial, la Iglesia universal reza por los misioneros y colabora con las misiones. El lema se basa en el texto evangélico: “Vayan e inviten a todos al banquete” (Mt 22,9). Esta llamada a ponerse en marcha e invitar a toda persona a participar en el banquete del Reino es una invitación a dar testimonio público de la fe en Cristo y a expresar la identidad misionera de la Iglesia en todos sus miembros.

Testigos de una experiencia misionera

Esta llamada a testimoniar la fe es lo que la carta a los Hebreos resalta al invitarnos a mantenernos firmes en la profesión de la fe (Heb 4,14). Por ello la Iglesia católica quiere avivar la conciencia misionera de toda la Iglesia, en este día, y pretende promover en las comunidades cristianas el crecimiento de la fe, centrada en la experiencia de contar la obra salvífica de Dios en Cristo hacia toda persona y en el ejercicio de la misericordia con toda persona necesitada, especialmente con los descartados y marginados, con los pobres y con los que sufren. La carta a los Hebreos nos invita a acercarnos al trono de la gracia para alcanzar la misericordia que nos auxilie oportunamente.

Los misioneros en el mundo

Las situaciones sociales y políticas y las circunstancias, generalmente adversas en que se desarrolla la acción misionera específica en las regiones sumidas en la miseria atroz de la pobreza, pueden suscitar hoy la toma de conciencia y de compromiso personal ante los graves problemas que afectan a nuestro mundo, así como la solidaridad y el apoyo, espiritual y material, a los misioneros, de parte de las gentes de buen corazón y de los creyentes que habitan en cualquier parte del mundo. Merece la pena recordar, como hacíamos el pasado domingo, a los miles de misioneros y misioneras españoles, italianos, polacos y de todos los demás países que, en los lugares de mayor dificultad y penuria de la tierra, están entregando sus vidas por Jesús y por el Evangelio.

Datos globales sobre los misioneros

En la actualidad son 9.932 misioneros españoles los que se encuentran repartidos en 128 países de los cinco continentes, de los cuales un 53% son mujeres mientras que el 47% son hombres, con una edad media de 75 años. España sigue siendo el país con más misioneros en el mundo. Además, después de U.S.A., España es la segunda nación en cuanto al envío de dinero a los territorios de Misión. Son datos confirmados por Obras Misionales Pontificas (OMP), en la presentación de la memoria del año 2023. Es tiempo de ofrecerles a todos ellos todo tipo de apoyo y nuestra oración.

Misioneros y Servidores de todos

El Evangelio de hoy proclama como mensaje misionero para hacer presente a Dios en el mundo actual una palabra realmente sorprendente, pues Jesús vuelve a reiterar la enseñanza capital de su mensaje: el que quiera ser el primero que se haga el último y el servidor de todos (Mc 10,35-45). Ésta es la instrucción que enmarca las directrices de la misión de los discípulos. Tal como había dicho Jesús en Mc 9,35, ahora también repite, ante la incomprensión absoluta por parte de los discípulos Santiago y Juan, el mismo mensaje, pero añadiendo una palabra sobre el Hijo del Hombre que alude a él mismo. Él se presenta como el Hijo del Hombre, servidor de todos, que da la vida en rescate por todos. Y por eso insta a sus discípulos a que cambien de mentalidad y de criterios.

Ni despotismo ni opresión

Jesús critica la actitud de los que gobiernan como déspotas y opresores y enseña a sus discípulos que la actitud que conduce al Reino de Dios y su justicia es la de ser servidores de los otros y, particularmente, de los últimos. Como discípulos de Cristo y misioneros del Evangelio la interpelación de Cristo nos permite preguntarnos si en nuestra vivencia de la fe aspiramos a servirnos de los demás y de Dios o a servir a los demás con la humildad que supone considerar superiores a los otros.

Seguimiento radical y sacrificio

La confrontación directa con Santiago y Juan muestra que, a estas alturas de la trama del evangelio de Marcos, los discípulos no habían entendido casi nada del camino propuesto por Jesús. Ellos aspiraban al poder y a la gloria y estaban dispuestos a instrumentalizar al mismísimo Jesús para conseguir su objetivo cuando dicen: “Queremos que hagas lo que te vamos a pedir”. Querían servirse de Jesús para conseguir el mejor puesto y una buena colocación junto a él. Pero Jesús los confronta con su ignorancia y su atrevimiento. Él los remite al seguimiento radical que pasa por el sacrificio, el verdadero cáliz, de estar dispuestos a entregar la vida y sacrificarse siempre por los demás, como hace el siervo sufriente, de Is 53,10-11.

Los discípulos que todavía no entendían

Marcos incorpora un dicho que explica en qué consiste “beber el cáliz” que Jesús va a beber y repite hasta seis veces un término relativo al “bautismo”. “Bautizarse” no hace referencia solamente al bautismo ritual, sino que significa sumergirse, bañarse y empaparse de la misma vida de Jesús, cuyo destino de entrega, pasión y muerte acababa de anunciarles por tercera vez (Mc 10,32-34). La incomprensión de los discípulos se hace evidente. Por eso Jesús acaba corrigiendo su actitud poniendo de relieve cuáles son los criterios habituales que imperan en nuestra sociedad especialmente entre los considerados los primeros del mundo, los magnates económicos y los dirigentes de las naciones, los que tienen el poder económico y el poder político.

Servicio y entrega generosa

Marcos y Mateo emplean dos verbos muy fuertes e inusuales en el Nuevo Testamento para indicarnos que los poderosos “explotan” y “tiranizan” a los pueblos. Y Jesús expone abiertamente cuál es la nueva relación que se ha de establecer entre los suyos, una relación caracterizada por el servicio y la entrega generosa. Esta palabra del servicio a todos, empezando por los últimos, es decir, a los millones de pobres del mundo, frente a cualquier aspiración de dominio y de poder, es el mensaje de Jesús que la Iglesia anuncia hoy como palabra capaz de transformar el mundo, como testimonio de la fe en medio de la gran crisis y de todas las crisis.

La nueva mentalidad de los misioneros de Jesús

Frente a la dinámica social, de entonces y de ahora, de un sistema de tiranías y explotación u opresión de las gentes por parte de los políticos dirigentes y de los magnates del mundo, Jesús aporta una palabra de esperanza para todos los pueblos y, particularmente, para los últimos. El servicio a los demás, como actuación permanente, y la entrega de la vida, como horizonte ideal, constituyen el camino de liberación de la humanidad. En los misioneros de la Iglesia esa misma palabra se hace carne viva y todos ellos, sin escatimar sacrificio ni entrega, sino volcándose en el servicio a los pobres y a los que sufren, con lo que han visto y oído, siguen transmitiendo consuelo y esperanza a los más pobres de la tierra.

El Domund, apoyo total a los misioneros católicos

Los misioneros proclaman la misericordia de Dios a tiempo y a destiempo con su palabra y con su vida. Ellos son testigos del Evangelio de la misericordia y de la alegría, sirviendo a los últimos del mundo y haciéndose ellos mismos los últimos en el silencio de la entrega y en las periferias geográficas y existenciales del mundo. En el día del Domund 2024, la Iglesia pide todo tipo de apoyo para los misioneros de la fe y para sus proyectos evangelizadores y transformadores de las realidades de sufrimiento a las que entregan la vida.

José Cervantes Gabarrón es sacerdote misionero murciano y profesor de Sagrada Escritura

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