OPINIONPRIMERA PLANA

Reflexión dominical. La bondad y la hermosura del Espléndido Pastor

Por JOSÉ CERVANTES
Domingo, 25 abr. 2021

La imagen del Buen Pastor

Con la alegría de la pascua, tras haber contemplado en la Iglesia las apariciones del Señor Resucitado en los domingos anteriores, ahora la Iglesia proclama con diversas imágenes, tomadas de los Evangelios y de la Biblia, la grandeza del misterio de Cristo. Este domingo pascual se centra en la imagen del Buen Pastor, del Evangelio de Juan.

El Pastor que da la vida

Jesucristo, en su camino hacia la cruz, es el modelo de Pastor y su misión consistió en dar la vida por amor para que todos los seres humanos pudieran obtener la vida eterna, la cual se concibe no sólo como una vida que trasciende el tiempo y las coordenadas históricas, sino como una nueva forma de vivir y de comportarse, con la dignidad de los hijos e hijas de Dios, en la libertad, la paz y el amor que el Resucitado comunica a todos los suyos.

Jesús, un nuevo modelo de Pastor

En el Evangelio de Juan se encuentra la alegoría dedicada a la imagen del Pastor (Jn 10,1-30). Jesús se revela como el Buen Pastor que, a diferencia del asalariado y de los dirigentes a los que éste representa, es el que da la vida por las ovejas, el que las defiende, las guía y las acompaña. De este modo el Señor Jesús aparece como modelo de Pastor frente a los dirigentes religiosos y políticos del pueblo y muestra una rotunda contraposición a las funciones, comportamientos y actitudes de todos ellos.

El Buen Pastor es el Señor crucificado y resucitado

La imagen del Pastor es una de las más frecuentes en la Biblia para referirse a Dios en su relación con el pueblo. Pero Jesús introduce un aspecto inédito en el Antiguo Testamento respecto a esa figura: El pastor bueno es el que da la vida. Y es que no se puede comunicar vida si no es dando la propia vida. Pero él ha amado a los suyos hasta el fin, exponiendo y entregando su vida. Al entregarla libremente puede recuperarla porque muestra su amor al Padre y por eso el Padre lo ama (Jn 10,17) y lo resucita de entre los muertos (Hch 4,8-12). El Buen Pastor es el Señor crucificado y resucitado que comunica su vida. 

Un Pastor “Espléndido” 

Pero si nos concentramos en la alegoría podemos percibir que a Jesús como Pastor se le podría denominar no sólo “bueno” sino “Espléndido” (Jn 10,11.14), recogiendo así los dos matices de “bueno” y “hermoso” que contiene el término griego originario, kalos. De esa forma el Señor Jesús aparece espléndido por su generosidad, bondad y desprendimiento, y al mismo tiempo, espléndido por ser admirable en su ejemplaridad como modelo de Pastor. Al autodenominarse así, Jesús reivindica la propiedad de las ovejas (vv. 28-29), la dedicación inaudita a ellas hasta exponer su vida y un conocimiento profundo de cada una (vv. 11.14), así como la búsqueda y reconducción de las ovejas perdidas para formar un único rebaño con un solo Pastor (Jn 10,16; cf. 1P 5,4).

Escuchar, conocer y seguir al espléndido Pastor

En este evangelio destacan los elementos de la estrecha e íntima relación que el Pastor espléndido del Padre establece con todos los miembros de su rebaño. En esa relación hay una comunicación viva y profunda, pues hay una escucha permanente de la voz del Señor por parte de las ovejas, se da también un conocimiento mutuo entre las ovejas y su Pastor y por eso las ovejas siguen el ritmo del Pastor. Así pues, la escucha, el conocimiento y el seguimiento caracterizan la vida del discípulo en relación con su Pastor. La bondad y la hermosura del Pastor Espléndido fascinan a su rebaño y a los discípulos, dirigentes del mismo.

La crítica a los dirigentes sociales y políticos

De este modo el Señor Jesús aparece como modelo de Pastor frente a los dirigentes religiosos y políticos del pueblo y manifiesta una rotunda contraposición a las funciones, comportamientos y actitudes de todos ellos. En el trasfondo de la crítica evangélica resuena la voz de los profetas del Antiguo Testamento que ya habían utilizado la figura pastoril para denunciar a los dirigentes políticos por ejercer su misión sembrando entre las gentes temor y angustia (Jr 23,1-6). Por eso se hacen merecedores del juicio condenatorio de los profetas (Ez 34,2-5). Frente al mercenario y asalariado de Jn 10, 11-13, que busca una recompensa, el Pastor espléndido, digno y bueno, ha de buscar sólo el amor al rebaño de Dios y la dedicación entusiasta al mismo.

Las vocaciones religiosas y el seguimiento del Pastor

El Pastor espléndido es también una alternativa evidente de liderazgo social frente a todo ejercicio despótico, violento, abusivo, interesado y arbitrario del poder, en cualquiera de sus múltiples manifestaciones en todas las relaciones humanas. Con este motivo del Buen Pastor la Iglesia Católica quiere dedicar una jornada a la oración por las vocaciones a la vida consagrada y sacerdotal. Así se quiere sensibilizar al pueblo de Dios de la gran importancia que en la marcha de la Iglesia tienen las vocaciones al sacerdocio y a la vida religiosa en cuanto que los que responden a ese tipo de vocación tienen una misión fundamental como pastores del rebaño de Dios que siguen las huellas del único Pastor, que es Jesucristo.

La imagen de la Piedra Angular

Otra de las imágenes del Nuevo Testamento para presentar a Cristo Resucitado es la de la piedra angular. En los Hechos de los Apóstoles esta alusión al Salmo 117 sirve para anunciar el misterio pascual en su doble motivo de anuncio del triunfo del Resucitado y de denuncia de los que asesinaron al Crucificado (Hch 4,8-12), tal como ocurría el domingo anterior, pero esta vez ilustrado con la imagen de la piedra. De esta última imagen el mejor desarrollo es el texto petrino (1Pe 2,4- 10), que es de una densidad teológica extraordinaria. Jesús, el Señor, la piedra viviente, rechazada por los arquitectos, se ha convertido en piedra angular y de tropiezo. 

La Piedra rechazada es la Piedra angular

El rechazo de esta piedra se refiere a la pasión y muerte de Jesús, los momentos históricos más concretos que culminan el rechazo de la piedra por parte de los constructores. Los constructores son los dirigentes religiosos del pueblo de Israel en la época de Jesús, cuya falsedad, hipocresía y envidia pueden ser el exponente de una religiosidad sólo aparente, que contrasta enormemente con la religiosidad auténtica que vive de la palabra. La piedra angular es el fundamento de una nueva construcción, el nuevo templo de Dios en el mundo, que no es otro que el de Cristo crucificado y Resucitado, por medio del cual los creyentes, a través de la fe, y todos los sufrientes, a través de la solidaridad de Cristo en el dolor, constituyen por amor de Dios a la humanidad ese nuevo templo.                                                                              

Hacen falta personas espléndidas como el Espléndido Pastor

Unidos al Pastor espléndido, los creyentes, regenerados por el Espíritu del Resucitado, deben ser una clave de la transformación social de nuestro mundo para convertir esta tierra en un hogar de fraternidad para todos, pero especialmente para los que viven en la marginación y en la pobreza, sin tierra y sin pan, sin trabajo y sin reconocimiento de sus derechos humanos, sociales, económicos y políticos. Para ello hacen falta personas espléndidas y buenas que, como el Pastor espléndido, no sólo no quiten la vida, sino que den la vida por la gente que se les encomienda apacentar, orientar y guiar. Por todas estas personas, hombres y mujeres consagradas, ora hoy nuestra Iglesia Católica.

José Cervantes Gabarrón, sacerdote misionero murciano y profesor de Sagrada Escritura

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