CULTURAPRIMERA PLANA

Libros. La llamada de la montaña

‘Vientos de otoño. Montañas de ensueño’
Autor: Alejandro Romero Anglés
Publicada por Amazon
Disponible en la Biblioteca Regional y en la Biblioteca Nacional

Crítica: MARIANO MORENO
Jueves, 15 abr. 2021

Terminamos de leer la novela ‘Vientos de otoño’ de Alejandro Romero Anglés (Murcia, 1948) y, cuando cerramos el libro, sentimos como que regresamos de unos días viviendo realmente en las montañas que recorre Carlos, su protagonista. Ese es el principal mérito de esta novela: que transmite apasionadamente el espíritu de la montaña. No olvidemos el subtítulo de la obra, ‘Montañas de ensueño’. Y a ello se suman una serie de aspectos, más o menos logrados, que contribuyen a que se pueda disfrutar de una historia en la que sobresalen el idealismo, la amistad y la sinceridad de sus principales personajes, Carlos y Julia.

Portada del libro

Carlos es un profesor aficionado desde joven al montañismo y a la naturaleza que pasa unos días de vacaciones en el Valle de Navas, en el Pirineo, esta vez sin la compañía de su mujer, María, o de amigos. En el refugio montañero de Sinué –los nombres de los lugares son en su mayoría inventados–, entabla amistad con Julia, una chica de quince años que destaca por su madurez y su entusiasmo por la montaña. Julia anhela ascender por fin un tres mil, algo que no ha conseguido hacer aún pese a que su padre es guía de montaña y dueño del refugio. A lo largo de la novela, se consolida la amistad entre Julia y Carlos después de realizar excursiones por la zona, compartir muchos momentos de charla sobre temas que interesan a la chica (las experiencias de los montañeros célebres, la naturaleza, las relaciones familiares, la amistad, el amor, la sexualidad, la emancipación de la mujer…), a los que Carlos –que siempre ha tenido facilidad para conectar con los jóvenes– aporta siempre su punto de vista personal, basado en su experiencia. El vitalismo de Carlos procede de su cercanía con la naturaleza, representada en las montañas, y Julia, que conecta pronto con él, supone el ideal de hija que le hubiera gustado tener.
Vientos de otoño se estructura en tres partes claramente diferenciadas. En la primera, “Julia”, se inicia la amistad entre Carlos y Julia, con el refugio de Sinué y su entorno como marco espacial para presentarnos los principales rasgos de los protagonistas a partir de sus primeras conversaciones. El anhelo de Julia por subir un tres mil se verá hecho realidad en la segunda parte, “Atardecer en la cumbre”, cuando consiguen alcanzar el Anyet y vivir luego una aventura peligrosa tras desencadenarse una fuerte tormenta típica de Pirineos. Constituye una vivencia conjunta que amplía la confianza y la sincera amistad entre Julia y Carlos a partir de muchas horas de charla sobre los más variados temas que interesan a la joven. Y, finalmente, “Por los senderos de Navas”, consolida la relación de los protagonistas mientras descienden desde el refugio al pueblo de Navas, conversando sobre temas como el ecologismo, el turismo verde, el arte, la educación y la amistad. En el pueblo, conocen luego a un grupo de jóvenes y entusiastas montañeros con los que regresan al refugio por una ruta de crestas montañosas que origina una nueva e inesperada aventura en plena alta montaña.
Si bien algunas transiciones entre episodios no quedan bien ligadas narrativamente, la novela destaca por la creación de ambientes con recursos hábiles y precisos, así como por la descripción de la naturaleza, de la montaña, que el lector vive casi en directo llevado por las certeras pinceladas –visuales, pero también sonoras, olfativas y casi táctiles— de alguien que ha vivido de cerca y con pasión la naturaleza. Como dice en varios momentos de la obra Carlos –alter ego del propio autor–, hacer montaña o explorar los espacios naturales no es un simple entretenimiento, sino algo más profundo, es “toda una filosofía de la vida”. Y todos esos referentes de su vida están hábilmente expuestos por Carlos en unas páginas en las que, al igual que a Julia, nos anima a todos nosotros a descubrir las montañas que están más allá.

Mariano Moreno Requena es Catedrático de Lengua Castellana y Literatura
El autor, Alejandro Romero, es profesor de Educación Primaria, naturalista y uno de los fundadores de la Asociación de Naturalistas del Sureste (ANSE).
En la imagen principal, el autor, de acampada en la montaña.

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