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Salud difunde las medidas preventivas para evitar la salmonelosis

Lunes, 17 ago. 2020. La Consejería de Salud recomienda extremar las precauciones con alimentos a base de huevo para evitar la salmonelosis, una de las enfermedades de transmisión alimentaria que más se registran en verano.
El director general de Salud Pública y Adicciones, José Carlos Vicente, destacó que “las épocas calurosas son las que entrañan más riesgo de contraer estas afecciones, por lo que se hace necesario tomar precauciones al adquirir, transportar, almacenar y preparar los alimentos para su consumo”.
En este sentido, recordó ciertas medidas de prevención y prácticas básicas como la cocción completa de algunos alimentos, además de extremar la higiene personal y de los espacios donde se cocina.
La higiene de manos es muy importante; se tienen que lavar con agua, abundante jabón y cepillo de uñas antes de comenzar a manipular alimentos, después de ir al aseo y siempre que sea necesario.
Entre otras medidas preventivas, es aconsejable acudir siempre a los cauces comerciales sujetos a un control sanitario periódico y se recomienda aislar los alimentos, antes de guardarlos en el frigorífico, con aluminio o plástico de uso alimentario, tarteras o similares; así como no situar juntos los crudos y los cocinados. Además, los alimentos ya cocinados deben situarse siempre por encima de los crudos como carnes o pescados, con el fin de que estos últimos, en el caso que goteen, no contaminen a otros.
También hay que tener en cuenta en qué fecha se han comprado, para utilizar antes los que lleven más tiempo en el frigorífico o despensa. Además, se recomienda no guardar los alimentos cocinados más de 3 o 5 días, y enfriar rápidamente después de su preparación los que no precisen cocinado tales como ensaladillas, marinados o ensaladas si no se van a consumir de inmediato.
Es necesario tener especial cuidado con salsas que lleven huevo y con las mayonesas, ya que son alimentos frecuentemente implicados en la aparición de este tipo de enfermedades, debido a que constituyen un sustrato ideal para el crecimiento de salmonella. Para su elaboración hay que utilizar huevos frescos, enteros (sin fisuras ni rotos) y limpios. Las salsas de elaboración propia además deben tener una acidez cuyo pH no sea superior a 4,2 en el producto terminado, que se consigue utilizando limón o vinagre como ingredientes.
La temperatura máxima de conservación de este tipo de alimentos debe ser de 8° C hasta el momento de su consumo y nunca hay que dejarlos a temperatura ambiente. El plazo máximo de conservación es de 24 horas a partir de su elaboración.
Por otra parte, se deben conservar en perfecto estado de limpieza todas las superficies y utensilios que se vayan a utilizar. Además, los manipuladores profesionales de alimentos deben notificar inmediatamente a sus empleadores todo episodio de fiebre, diarrea, vómito o lesiones cutáneas infectadas y visibles.
Millones de afectados en el mundo
La salmonelosis, causada por la bacteria ‘salmonella’ es una de las enfermedades de transmisión alimentaria más comunes y ampliamente extendidas. Se estima que afecta anualmente a decenas de millones de personas en todo el mundo.
Se contrae al consumir alimentos contaminados de origen animal, principalmente huevos, carne, aves y leche, aunque también se han vinculado otros, como hortalizas contaminadas por estiércol. Además, puede transmitirse entre las personas por vía fecal-oral.
Los síntomas de la enfermedad comienzan a manifestarse entre 6 y 72 horas después de la ingesta de salmonella, y la enfermedad dura entre dos y siete días. En la mayoría de los casos, los síntomas son relativamente leves y los pacientes se recuperan sin tratamiento específico. Generalmente se caracteriza por fiebre alta, dolor abdominal, diarrea, náusea y, a veces, vómitos. Sin embargo, en algunos casos, particularmente en niños pequeños y en ancianos, la deshidratación causada por la enfermedad puede ser grave.

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