
Primero sobrevivir (24). Turismo y medio ambiente
Por JOAQUÍN P. SÁNCHEZ ONTENIENTE
Fotografías: ÁNGEL FERNÁNDEZ SAURA
Martes, 29 jul. 2025
¿Turismo sostenible?
El turismo es una de las mayores industrias globales; representa el 10% del PIB y del empleo mundial (algo más en España, el 11,7 %). En 2030 se calcula que 2.000 millones de personas se colgarán la etiqueta de turistas a lo largo del año. Y para el turismo el medio natural es en primer lugar un recurso. Pero a diferencia de otras explotaciones más primarias, no responde a una necesidad vital sino a una voluntad de satisfacción y placer fundamentada esencialmente en el ocio, lo cual podría ser su punto débil.
Una escala de mayor a menor impacto del turismo sobre el medio ambiente la encabezaría la urbanización de espacios naturales, llevándose la peor parte los costeros, que se traducen en masificación, pérdida de playas, erosión y afectación a bienes culturales. En segundo lugar, encontramos las emisiones de efecto invernadero que provoca el sector turístico, un 5% de las emisiones globales (2% el transporte aéreo, 1,60% el transporte por carretera, el 1% los alojamientos y el 0,4% el transporte marítimo y otros conceptos menores: la contaminación por viajero es mayor en los barcos que por carretera, aunque el cómputo absoluto sea a la inversa). En tercer lugar el consumo del agua; el turista consume entre tres y cuatro veces más agua que el habitante local, lo que lleva a los destinos turísticos a un manifiesto estrés hídrico. El cuarto impacto es el de la producción, recogida y tratamiento de los residuos, tanto sólidos como aguas residuales, que a menudo ponen a prueba a las autoridades locales. La lista continúa con los daños al medio marino, especialmente litoral, provocados sobre todo por la navegación turística, que arrasa la vegetación submarina con el garreo de las anclas y los vertidos de hidrocarburos e incentivando la creación de nuevos puertos turísticos. Y, por último, la sobre presión sobre los espacios naturales terrestres y su biodiversidad, con la ineficiente regulación de las visitas.
Como en otras actividades económicas, el término “sostenibilidad” vino pronto para salvar la imagen sobre el futuro del turismo. El axioma es aparentemente sencillo: para que algo sea sostenible, también el turismo, debe satisfacer las necesidades del presente sin comprometer las del futuro.
La Organización Mundial del Turismo no tardó en interpretar el concepto de turismo sostenible, pero a la baja por la vía de las matizaciones: hay que atender las necesidades actuales pero considerando las económicas, sociales y estéticas y respetando la cultura, los procesos ecológicos, la diversidad biológica y los sistemas de apoyo a la vida. Y ojo!: adaptándose siempre “a las circunstancias específicas de cada lugar”, destacando entre las mismas la “capacidad de carga”, sobre la que siempre existe la amenaza de las múltiples e inquietantes interpretaciones.

Turismo excesivo y turismo lento
Ante el gigantismo e ineficiencia de otras acciones, surgen cada vez más iniciativas ciudadanas contra los excesos y efectos del turismo. Turismo “lento” contra turismo excesivo. Un ejemplo representativo puede ser Ecobnb, una plataforma con sede empresarial en Trento (Italia) que conecta propietarios y usuarios de alojamientos turísticos sostenibles.
La filosofía de estos operadores turísticos es sencilla y certera: descienden a la más práctica realidad cuando para reconocer un alojamiento turístico como sostenible le exigen cumplir al menos cinco de las siguientes diez condiciones:
Comida orgánica o de cercanía, sin transgénicos ni aguas embotelladas.
Edificio con alta eficiencia energética.
Energía eléctrica 100% renovable (eólica, solar, geotérmica y otras).
Agua caliente procedente de paneles solares térmicos (también puede usarse para calentar piscinas o para suelo radiante).
Productos de limpieza ecológicos.
Reciclaje de residuos superior al 80%.
Accesibilidad sin vehículo particular; se debe poder llegar mediante transporte público.
Iluminación de bajo consumo.
Reductores de caudal para el consumo de agua.
Sistemas de recuperación y reutilización de agua de lluvia para usos secundarios.
Pero volvamos al término “turismo excesivo” y pensemos cuán necesario es ir a un lugar lejano, en medios de transporte altamente contaminantes, especialmente los aéreos, cuando seguramente nos quedan tantas cosas cercanas e interesantes por conocer.
Ahora o nunca: la última foto
Belén García de la Torriente es una activista de la organización española Ecologistas en Acción. Son frecuentes sus artículos llamando a la cordura ante el impacto y el devenir de la industria turística; en uno de ellos, en el que se detiene especialmente en los efectos del turismo sobre el cambio climático, contempla horrorizada la desaparición de los glaciares de todo el mundo (Alpes, Patagonia, Islandia, Noruega), mientras oleadas de turistas acuden a ellos atraídos por la oferta de hacer la última foto de un espectáculo en extinción. No es el único lugar donde ciertas agencias turísticas están haciendo caja con el reclamo de “Ahora o nunca”. También se ofrecen los últimos instantes de la Gran Barrera de Coral, o de los osos polares. Lo que empezó pareciendo un improbable y lejano proceso, ya está aquí. Y como se pregunta esta ejemplar activista: “¿Qué hacemos? ¿fotos?”.
Conclusión
El impacto de la industria turística (que representa el 10% del PIB global de la humanidad) sobre el medio ambiente es tan trascendental que requiere ir mucho más allá de la eterna discusión con los sobrados documentos que lo atestiguan y los grandes planes que pretenden afrontarlo, pero pierden fuerza entre matizaciones y vericuetos. Es esencial rebajar la presión turística sobre el medio ambiente, priorizando el turismo sostenible y dando para ello un primer paso en la reducción de los desplazamientos, primando la proximidad y el disfrute de los valores culturales que nos rodean mucho más cerca de lo que requieren esos vuelos tan absurdos y costosos para la supervivencia planetaria.
Fuentes consultadas
Buendía, J.D. y Colino J., editores (2001): ‘Turismo y medio ambiente’, Civitas , Madrid
Fullana P. y Ayuso S. (2002): ‘Turismo sostenible’, Rubes Editorial, Barcelona
Wearing S. y Neil J. (1999): ‘Ecoturismo’, Editorial Síntesis, Madrid

Joaquín P. Sánchez Onteniente
Naturalista

Ángel Fernández Saura
Fotógrafo
www.angelfernandezsaura.com
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