
Primero sobrevivir (23). El ruido, un problema ambiental
Por JOAQUÍN P. SÁNCHEZ ONTENIENTE
Fotografías: ÁNGEL FERNÁNDEZ SAURA
Un asesino estridente para la salud pública
El Informe de Fronteras 2022 del Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente, principal autoridad mundial en la materia, analiza la magnitud del problema y ofrece interesantes valoraciones, empezando por el incisivo sintagma con el que denominan al ruido urbano “un asesino estridente”. Otro órgano internacional, la Organización Mundial de la Salud (OMS) define la contaminación acústica como la presencia de ruido o vibraciones en el ambiente que tienen un efecto negativo tanto en la salud de las personas como en la conservación de la naturaleza y el medio ambiente. Para esta organización cualquier tipo de sonido superior a los 65 decibelios durante el día y 55 durante la noche se considera ruido.
En la Unión Europea se considera a la contaminación acústica la segunda causa de mortalidad ambiental –después de la atmosférica– ya que provoca 12.000 muertes prematuras cada año y afecta a uno de cada cinco ciudadanos de la Unión, según la Agencia Europea de Medio Ambiente (AEMA). Su experta Eulalia Peris, afirma: “La exposición prolongada al ruido puede afectar de distintas formas a la salud produciendo molestias, trastornos del sueño y alteraciones de la frecuencia respiratoria, con efectos perjudiciales en los sistemas cardiovascular (enfermedades cardíacas) y metabólico (diabetes), discapacidad auditiva y transtornos mentales.
Por contraposición a lo anterior los sonidos naturales pueden ofrecer diversos beneficios para la salud. Los urbanistas deberían priorizar la reducción del ruido; se deben realizar inversiones en movilidad alternativa y en infraestructura que repercuta en paisajes sonoros positivos, como cinturones de árboles, paredes y techos verdes, además de fomentar el incremento de los espacios verdes en las ciudades.
Siempre es posible actuar:
La aplicación en las carreteras de asfalto aislante de ruido, el uso de neumáticos silenciosos o la peatonalización de las calles mitigan el problema y de paso son medidas que bien diseñadas también mitigan la contaminación atmosférica.
En el plano personal, interiorizar también la lucha contra el ruido contribuirá al bienestar general; adquirir electrodomésticos eficientes, evitar niveles sonoros innecesarios, interponer sistemas de aislamiento y obviamente alejarse de las fuentes de ruido más estridentes.
El ruido afecta al medio ambiente y la biodiversidad
No es difícil de entender. Los animales seleccionan sus hábitats teniendo en cuenta diversos factores, entre ellos, el ruido. Una especie que no tolere los ruidos difícilmente podrá adaptarse al resto de condiciones de un determinado hábitat. Y esto ¿qué puede provocar? Si los animales huyen, su desplazamiento puede alterar los ecosistemas de la zona. Las especies depredadoras abandonan pronto lugares ruidosos, con lo que sus presas pueden crecer fuera de control llegando a incluso a alterar la vegetación y flora de una determinada área.
También la ganadería se ve afectado por la exposición a altos niveles de ruido. Se ha constastado que el estrés que provoca este problema en el ganado repercute en la capacidad de producir leche y huevos.
Estos efectos del ruido no solo afectan a los ecosistemas terrestres, las especies marinas que viven en mares y océanos también los sufren. Muchos estudios han demostrado que el ruido de los barcos y naves afecta, principalmente, a especies como orcas, ballenas y delfines, que dependen de la emisión de ondas para poder reproducirse y encontrar alimento.
Incluso en las ciudades algunos pájaros, por ejemplo, necesitan de su canto para poder reproducirse. Los altos niveles de ruido en núcleos urbanos han producido diversas alteraciones como es el caso del petirrojo, que cada vez es más frecuente escucharle cantar de noche por mera adaptación a la supervivencia.
Atenuar en todo lo posible el impacto del ruido sobre espacios silvestres, reduciendo emisiones en sus proximidades, evitando tráfico aéreo y terrestre que tenga alternativa de recorrido, y sistemas de pantallas acústicas en lugares críticos son algunas de las acciones de primera intervención.

Partidarios y detractores del ruido
Detractores significados del ruido hay muchos. Juan Ramón Jiménez, por ejemplo, llegó a afirmar: “Si hay ruido, no veo”. Entre los intelectuales modernos más contrarios al ruido destaca Schopenhauer, que lo definía como “la más impertinente de las perturbaciones”.
Por el contrario no es fácil encontrar partidarios declarados del ruido, aunque “haberlos, hailos”, pues ¿cómo si no sufrimos continuamente sus ataques? ¿Será simplemente porque al final tenía razón Shopenhauer en otra de sus afirmaciones, cuando decía que el amor y tolerancia al ruido son inversamente proporcionales a la inteligencia?
Uno de los textos ecologistas más tempranos y perdurables es el del jefe indio Noah Seattle, en su respuesta al Gobierno de los Estados Unidos, en 1854, aceptando –¡qué remedio!– la venta de sus tierras, para evitar el exterminio final de su pueblo. Aunque la estricta autoría total del mensaje aún se discute, casi cada frase del mismo merece el recuerdo. Pero es ahora el momento de transcribir unos fragmentos: “No existe un lugar tranquilo en las ciudades del hombre blanco (…) El ruido sólo parece insultar nuestros oídos (…) Nosotros preferimos el suave susurro del viento sobre la superficie de un estanque”.
Conclusión
El ruido es un problema ambiental de primera magnitud, que afecta tanto a la salud pública como al equilibrio de los ecosistemas. Frente a la escasa atención que a menudo se le dispensa, las estadísticas de trastornos graves para la población, e incluso muerte, originados en el ruido, son estremecedoras, aunque sólo están bien estudiadas en los países más desarrollados. Las consecuencias para el medio natural y las especies silvestres son cada vez más notorias, en la medida que se aproxima el ruido, tanto en tierra como en los mares y otros medios acuáticos. También hay que poner en marcha todas las medidas de eficacia demostrada contra el ruido, además de interiorizar en cada uno las acciones personales.
Fuentes consultadas
Bravo, Pedro (2024): ‘Manifiesto contra el ruido, la inquietud y la prisa’. Serie Endebate, Barcelona
Lapeña, A. y García M. (director), 2023: ‘Ruido y Salud’, DKW y ECODES, Madrid
www.fundacionaquae.org/contaminacion-acustica-medio-ambiente/

Joaquín P Sánchez Onteniente
Naturalista

Ángel Fernández Saura
Fotógrafo
www.angelfernandezsaura.com
https://fotodcdd.myportfolio.com/work