Las mujeres afganas han perdido casi todos sus derechos en tres años de gobierno talibán
Viernes, 16 ago. 2024. ACCEM
Este jueves 15 de agosto se han cumplido tres años desde la llegada al poder de los talibanes en Afganistán. Tres años desde la conocida como toma de Kabul, un acontecimiento que ha supuesto un retroceso significativo en materia de Derechos Humanos y que, según datos del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (Acnur), ha provocado la salida del país de 6,4 millones de personas refugiadas, siendo Irán y Pakistán los principales países de acogida, y ha propiciado 3,2 millones de desplazamientos internos.
En este retroceso en derechos humanos, la situación de las mujeres y niñas afganas se agrava al sufrir formas específicas de persecución por ser mujeres. Desde septiembre de 2021 las prohibiciones y suspensiones de derechos han ido aumentando progresivamente y afectan a diversos ámbitos, desde la participación en la vida pública, hasta la educación, pasando por la salud sexual.
Si bien los derechos de las mujeres y niñas en Afganistán han sufrido una historia tumultosa, en los últimos años antes de la toma de Kabul en 2021, las mujeres trabajan en el sistema de justicia y en otros organismos nacionales e internacionales, podían ocupar los espacios públicos de forma independiente y tener acceso a la educación, situación que cambió de forma drástica desde la toma de poder de los talibanes. Según Naciones Unidas, Afganistán es el país donde más han retrocedido estos derechos y este contexto está suponiendo un deterioro de la salud mental de mujeres y niñas, quienes tienen la prohibición de cursar educación secundaria o universitaria y de trabajar en organismos internacionales.
Según datos de Acnur, España acoge actualmente a 3.731 refugiados afganos. En esta línea, desde hace tres años, Accem ha atendido a un total de 1.269 personas refugiadas afganas, destacando un equilibrio casi igual entre hombres (654) y mujeres (615), y lo ha hecho a través de un acompañamiento integral que incluye desde la cobertura de necesidades básicas y el apoyo psicosocial, hasta el apoyo jurídico y facilitación del acceso a servicios públicos, como sanidad y educación, así como un énfasis especial en el aprendizaje del idioma.
A pesar de numerosas dificultades, las personas afganas han demostrado una notable resiliencia y determinación para integrarse en su nuevo entorno. Es destacable que el 79% de las personas atendidas han participado en itinerarios sociolaborales ofrecidos por Accem y el 100% de los menores en edad de escolaridad están integrados en el ámbito educativo. A día de hoy, Accem presta apoyo y acompañamiento a 122 personas procedentes de Afganistán y la mayoría de ellas se encuentran en la última fase del programa de protección internacional, es decir, en vías de lograr una vida autónoma.
Retrocesos en derechos y libertades
Sobre la situación en Afganistán desde la llegada al poder de los talibanes, la ONU pone el foco en la situación de las mujeres, afirmando que estas “afrontan un contexto opresivo en el que la pobreza y la incertidumbre sobre el futuro ejercen una presión extrema” sobre ellas y sus familias y advierte de que esta situación “exacerba la violencia doméstica, los matrimonios forzados e infantiles, la venta de niños, el trabajo infantil, la trata de personas y la migración peligrosa”.
Asimismo, en materia de libertad de expresión y prensa, las autoridades talibanas han fomentado el cierre de medios de comunicación y han llevado a cabo detenciones de informadores, defensores de Derechos Humanos y activistas, entre ellas mujeres que denunciaban el retroceso de sus derechos y libertades. Además, según Naciones Unidas, más de 28 millones de personas, al menos dos tercios de la población afgana, necesitó ayuda humanitaria en 2023, suponiendo “una de las peores crisis humanitarias del mundo”.
Sobre Accem
Accem es una ONG sin ánimo de lucro, apartidista y aconfesional que trabaja para mejorar las condiciones de vida de las personas en situación de vulnerabilidad. Accem defiende la igualdad de derechos, deberes y oportunidades para todas las personas, con independencia de su origen, género, origen nacional o étnico, orientación e identidad sexual, religión, opinión o grupo social.