OPINIONPRIMERA PLANA

Opinión. Sobre niños pobres y niños ricos…

Por ISABEL GUIRAO
Martes, 27 dic. 2022

No hay niños pobres en familias ricas, es tan sólo el pecado de los miserables para vender su producto. La pobreza es un pecado, y no infantil precisamente, lo que pasa, que el calificativo de “infantil” vende y mucho, pero no necesariamente vende para los niños de familias que sufren la infamia de la pobreza, sino que suele vender para enriquecer a quienes manejan el mercado que les interesa.
Un niño de familia que vive en pobreza tiene los mismos deseos que un niño de familia pudiente, ve los mismos anuncios publicitarios, las mismas campañas de juguetes, hablan de los mismos temas en el cole con sus compañeros y compañeras, se disgustan por las mismas cosas, se frustran como los niños de familias sin problemas económicos, lloran si se enfadan, tienen sueños bonitos y pesadillas por las noches, les da lache caerse delante de los demás y sienten cosquillas si les acaricias sin que se lo esperen. Los niños de familias pobres les escriben a Papá Noel y a los Reyes Magos y les dicen que son buenos y se portaron bien y les piden los juguetes que salen en la tele y algunos mágicamente piden que no haya niños sin juguetes, que sus papás se quieran, que su hermano mayor no se ría de él o que vuelvan sus seres queridos que se fueron. Los niños de familias pobres, a veces, sólo a veces, exactamente igual que los otros, piden que no haya hambre en el mundo, que no haya niños que tengan que trabajar y que no les pongan tantos deberes en el cole. Hacen promesas preciosas, se esfuerzan y, por ese preciso momento de la carta, están convencidos de que van a ser la mejor persona durante todo el año, para que su mamá no se enfade y no ser un metepatas.
Cuando escuches una campaña solidaria, recuerda esto. A este lado de la pobreza nos encontramos con que frente a campañas masivas de juguetes, no sabemos muy bien dónde colocarlos, ya que es difícil que el juguete se adapte a lo que los niños sueñan-necesitan. No es cualquier juguete, porque la pobreza no debe ser la excusa que escuchen los niños. Los niños no necesitan más materialismo, tener por tener o pedir por pedir, ni los unos ni los otros.
Si escuchas una campaña solidaria recuerda que la imagen de un niño en situación de pobreza empieza a ser un niño/a con sobrepeso y que no tener hambre no es estar alimentado. Estas familias, las que sufren la injusticia del sistema, no se pueden alimentar con hidratos de carbono (pasta, legumbre…), necesitan carne, pescado, fruta y verdura. Y eso es más caro que los macarrones. Un kilo de macarrones abulta mucho más que una lata de atún pero alimenta mucho menos. El tomate frito y la pasta, sin nada más, es demasiado habitual en muchas familias y si no hay tomate frito, pues el blanco no es mal color.
Da lo que te gustaría recibir. Habla lo que te gustaría escuchar. Regala lo que sueña el otro. Empatiza. El no hacerlo no te hace peor persona. El hacerlo, te hará sentir fenomenal. Quizás debamos empezar a pensar estas campañas como un banco donde yo entrego el dinero que puedo y los padres que lo necesitan reciben un cheque por equis euros por niño para que se lo administren, como todas las familias. Eso no se ve tanto, pero se siente mucho más. Para ser una buena persona no necesitas conocer a la persona que lo necesita, no los utilices, piensa en clave de dignidad.

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