
“La Casa Esteva solo admite su demolición conservando la fachada”
Por PEDRO L. CASCALES LÓPEZ
Domingo, 12 sep. 2021
Siempre habíamos tenido una estrecha relación con la familia Esteva. Juan Esteva Canet, muy amigo de mi abuelo, fue el que le animó a meterse en eso de la conserva; y yo personalmente siempre mantuve igualmente una gran amistad con su hijo Juan Esteva Salom. Esa amistad allanó el camino cuando hicimos el Plan General Municipal de Ordenación Urbana para poder llegar a un rápido acuerdo con Juan a fin de que lo que era su casa y primer edificio de la fábrica pasara a propiedad municipal para ubicar en él un museo de la conserva. Todo ello con el visto bueno y la aprobación del entonces alcalde, Francisco Zapata. Se hizo más o menos lo mismo que con la familia Mendaza respecto a Cayitas. Molina de Segura, engañosamente, alardeaba falsamente por entonces de ser la “cuna de la conserva vegetal”.
Urbanísticamente era sencillo: la superficie de la cesión se adjudicaba en suelo edificable. Así pasó a propiedad municipal.

Pasaron los años y el edificio, con escasa calidad constructiva, poco a poco se fue viniendo abajo; y llegamos a la actualidad en que lógicamente, un edificio de esas características constructivas se encuentra en una situación de ruina irreversible.

Bien, no pasa nada. De todas maneras su derribo interior habría sido inevitable. Ese edificio carece –con respecto a ese interior– de algo que pueda considerarse de algún interés histórico y menos arquitectónico. Sí interesa su fachada y sus volúmenes constructivos. Es de ilusos el pretender ‘restaurar’ íntegramente un edificio de esas características para darle cualquier uso de dotación pública. Carece de cualquier interés y sería un gasto superfluo, como el lamentable ejemplo que tenemos de Cayitas, que es un cascarón de usos limitados como resultado del fiasco de su alardeado proyecto de ‘restauración’ cuyos forjados ni siquiera permiten soportar el peso de las estanterías, sus volúmenes interiores son inapropiados y su balcón ha desaparecido. Humedades aparte.
Los injustificados ataques al Ayuntamiento por ansiosos de protagonismo carecen del más mínimo rigor. Este edificio solo admite su demolición pero conservando su fachada original, para realizar después una nueva estructura que permita distribuir los volúmenes interiores de acuerdo con los diversos usos dotacionales que se prevean, conservando exteriormente sus volúmenes y aspectos originales.
Y a este primitivo edificio puede anexionarse un edificio de nueva planta para usos dotacionales que tanta falta hace en Alcantarilla, incluida la ubicación del Archivo Municipal y el pretendido Museo de la Conserva, para el cual el Ayuntamiento de Alcantarilla ya posee maquinaria, utillaje y documentación como ningún otro ayuntamiento tiene. Y naturalmente llevar a cabo la restauración de la chimenea a su estado original.
En la imagen principal, Casa Esteva en 1983. Fotos: PEDRO L. CASCALES