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Legado: Respetemos las denominaciones históricas de nuestras calles del casco antiguo

Domingo, 8 ago. 2021. ASOCIACIÓN LEGADO
La historia de una pedanía, pueblo, villa o ciudad se desarrolla en el escenario que nos dibuja su trazado viario, compuesto por sus calles y/o plazas. La denominación o nombre de éstas, otorgadas por sus gobernantes pasados, nos muestran su relación con apasionantes acontecimientos, fiestas, rituales o con personajes que en aquella época fueron los que dieron motivo a que la sociedad actual que allí pervive sea como es, y tenga un referente. Es por esto que un callejero puede convertirse en un vestigio o rastro al cual podemos acudir para conocer nuestra historia, tradiciones, oficios, genealogías familiares importantes, etc.

El trazado urbano actual de Alcantarilla se inicia en 1545 a partir de la emita de San Sebastián, hoy iglesia de San Pedro

El trazado urbano actual de Alcantarilla es la superposición de sus calles, y se inicia en la época moderna llegando hasta nuestros días. Como es sabido la antigua villa de Alcantarilla se traslada de su anterior ubicación –cercana al río Segura y Puente de las Pilas– en el año 1545, como consecuencia de las desastrosas consecuencias que conllevó la conocida como riada de San Lucas. El asentamiento de la población en la nueva ubicación se produjo alrededor de la entonces ermita de San Sebastián, y posterior iglesia de San Pedro. Es a partir de este punto de origen donde se comienza a diseñar el trazado viario de la nueva Alcantarilla, y que conoceremos como su núcleo o casco antiguo.

Hasta finales del siglo XVIII los regidores de la época no estaban preocupados por los nombres de las calles, eran los propios vecinos quienes les daban nombre en relación a los oficios que allí se asentaban

Es conocido por el estudio documental de sus protocolos notariales, que no será hasta la segunda mitad y finales del siglo XVII cuando se comience a citar o dar nombre propio para denominar a sus calles. Anteriormente a estas fechas, como vemos en los protocolos notariales del siglo XVI, para citar la ubicación de una vivienda se solía hacer con la descripción de su pertenencia a un determinado “barrio”, “pago” o “paraje” y su situación en “ la calle pública, que linda con…” y se aludía entonces a los nombres de los propietarios de las otras viviendas colindantes, salvo la ya existente entonces calle Mayor, la cual ya se cita como tal, así como el nombre de otros caminos. Siguiendo a lo referido por Torres Fontes, los regidores en esta época no estaban preocupados en estos menesteres, y eran los propios vecinos quienes comenzaban a dar nombre a esas calles que por aquel entonces se denominaban en relación a los oficios que allí se asentaban, o por la existencia de un comercio importante (almazara, estanco, horno, etc). Nombrar calles era cosa del pueblo.
Para poder conocer con certeza parte de los nombres de las primeras calles que conformaban el referido “casco antiguo” tenemos que enfrascarnos en la investigación histórica de los documentos expedidos por los escribanos de entonces, principalmente cuando estos aludían a la venta de casas.

Ya en la primera mitad del siglo XVIII podemos discernir calles como:
Calle Palmera, calle Mula, calle La Nueva, calle La Cuesta, calle Empredada, calle La Amargura, calle Los Carros, calle Sin Salida, calle D. Juan Cascales, calle Saavedra, calle San Sebastián, calle de la Cequeta, calle Los Jaras, calle Simón Hernández, el Mariscal, calle de los Yelos, calle del Cuartel, calle Diego Lorente, calle Las Procesiones, calle Los Pasos, calle Los Villasecas, calle Cura, calle Ánimas, calle Rosario, calle Osario y algunos años después calle Cruz y calle Las Eras o calle Moreno, pero siempre dentro del citado siglo. Estas calles se articulaban en barrios como el de San Pedro, San Roque, del Convento, o también de San Francisco, o Raso.
A este grupo de calles, conforme avance este siglo y el s. XIX, se les unirá otras como calle Aire, calle Zamplana, calle Madrid, calle Princesa, calle Raso, calle Cayuela, calle Calera, calle Moncada, calle Losas o calle Cartagena.

Libro matrícula de la iglesia de San Pedro de 1867

Parte de lo aquí expuesto, también lo podemos ver reflejado en el conocido Catastro del Marqués de la Ensenada, del año 1756, tal y como se han publicado en otros estudios.
Recientemente, se ha recuperado el Libro Matrícula de la Iglesia Parroquial de San Pedro, año 1867, donde a modo de censo de población, se recogen todas las calles y domicilios de aquellas fechas. En el mismo se señalan la permanencia de la denominación de las señaladas anteriormente y se les une otras como calle Tropel, calle de San Roque, calle Torvinto, calle Montoya, plaza de los Amigos, calle del Comercio, calle San Antonio, calle San José, calle Nona, plaza del Aire, calle del Aire, calle de la Galera, calle de Galopeo, calle Alta, calle del Cementerio, calle de los Huertos, calle del Beato Andrés, calle Estrecha, calle de los Solares, calle del Val y calle de los Garcías.

Durante la República y la Dictadura se cambió el nombre a algunas calles según la conveniencia del curso político, y de 1979 a 1982 se restituyó la denominación original a muchas de ellas

Por tanto, y sin lugar a dudas, todas las calles señaladas las podemos considerar como las que configuran el “núcleo” o “casco antiguo” de Alcantarilla, pudiéndose comprobar cómo todas ellas datan de un periodo comprendido entre la primera mitad del siglo XVIII y finales del siglo XIX.
Ha sido una constante, según el período político existente en cada momento, desde comienzos del siglo XX (por ejemplo los períodos de la II República o de la Dictadura) el cambio de la denominación de estas calles, según la conveniencia del curso político del momento. Esto quedó resuelto, en parte, tras la llegada del periodo democrático, entre los años 1979 y 1982, en un acto de respeto histórico se sustituyó de nuevo la denominación de las calles que aquellas cuyos nombres citaban o definían hechos, acontecimientos y cargos militares que se había destacado o producido durante la Guerra Civil española y el periodo posterior. Se hizo un estudio histórico sobre sus denominaciones originarias citadas anteriormente, y se volvieron a designar la mayor parte de ellas de esa misma manera.
Muchas de estas calles de nuestro casco antiguo perviven desde entonces con su nombre original, habiendo sido otras sustituidas por otro tipo de nombres que principalmente refieren a personas que supuestamente en los últimos años se han destacado por haberse esforzado en desempeñar tareas cuyos réditos han ido en beneficio del bien común o por otros motivos diversos.
No obstante, y siendo esto un hecho normal y cotidiano en el urbanismo de todas las localidades del territorio nacional, no es menos cierto que deberíamos proteger nuestra historia y por ello, respetar las denominaciones originales de nuestro casco antiguo, tal y como también es norma en aquellas ciudades con “conciencia y respeto” por su historia.

Proteger las denominaciones históricas

Desde la Asociación Legado solicitamos que por parte de los grupos municipales en conjunto, o en su defecto cualquiera de estos, abanderen una iniciativa en pleno municipal para que sea aprobada la protección de la denominación histórica de las calles que conforman su “casco antiguo”, y en especial se respete y no sean sustituidos de aquí en adelante la denominación de las siguientes calles que aún perviven con su denominación original y que son:
Calle San Sebastián, calle Los Pasos, calle Los Carros, calle Eras, calle Princesa, calle Raso, calle Cartagena, calle Rosario, calle Procesiones, calle Solares, calle Beato Andrés, calle Huertos, calle Animas, calle del Cura, calle Madrid, calle Tropel, calle Calera, calle de la Aurora, calle Moncada, calle San José, plaza de San Pedro, plaza de San Francisco, plaza del Beato y Camino de la Piedra.

Las calles Moreno y Palmera, que han cambiado de nombre, ya existían en el siglo XVIII y comienzos del XIX y consideramos que las nuevas denominaciones deberían realizarse sobre calles de nueva creación o que sustituyan la denominación de otras cuyos nombres tampoco eran originales

Deseamos hacer constar que somos conscientes de las recientes aprobaciones de la sustitución de la calle Palmera por calle Cronista D. Fulgencio Sánchez Riquelme y la calle Moreno por calle Doctor D. Alfonso Rubio. Ambas personas son de reconocido prestigio, dignas de todo nuestro respeto y más que merecedores de que sean homenajeados con la distinción de nombrar una calle con sus nombres y cargos. Para nada es nuestro deseo criticar o entrar en discursos no constructivos, y respetamos cualquier decisión tomada ya por nuestro gobierno municipal. No obstante, exponemos estos ejemplos para visualizar lo que aquí estamos reflejando. Ambas calles ya existían en el siglo XVIII y comienzos del XIX y consideramos que las nuevas denominaciones de calles dentro del casco antiguo deberían realizarse sobre calles de nueva creación o que sustituyan la denominación de otras que cuyos nombres tampoco son originales. En cierta manera nos entristece enormemente, que parte de nuestra historia desaparezca.

Sirva como prueba la transcripción del protocolo de venta de una casa en 1752:

“Sepan por esta publica escritura de venta real y perpetua enajenación, como yo Cristobal del Pino, vecino de esta villa de la Alcantarilla, otorgo por esta presente carta que por mi y en nombre de mis herederos y sucesores presentes y por venir, vendo y de presente libro y da en venta real por juro de heredad desde ahora para siempre jamás a Diego del Pino, mi hermano, vecino de esta dicha villa, para el referido y los suyos quien quiseren y por bien tuvieren, es a saber una casa de morada que tengo mia propia en esta población, y calle Sin Salida, linde por saliente con calle pública que dicen DE LA PALMERA, Cequeta de la Ñora (Noria) de por medio, por medio dia con casas de herederos de Diego Cascales Olmedo, poniente…”.

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